viernes, 13 de noviembre de 2015

LA MISERICORDIA DE DIOS



Esta vez solo pondré dos capítulos del libro de Oseas que muestran claramente la misericordia de Dios.

En este capítulo Dios estaba airado con su pueblo:
 

La ira de Dios contra Israel

13 Cuando hablaba la tribu de Efraín,
    el pueblo temblaba de miedo
    porque esa tribu era importante en Israel;
pero la gente de Efraín pecó al rendir culto a Baal
    y así selló su destrucción.
Ahora siguen pecando, haciendo ídolos de plata,
    imágenes hábilmente formadas por manos humanas.
«¡Ofrézcanles sacrificios —gritan—
    y besen a ídolos que tienen forma de becerros!».
Por lo tanto, desaparecerán como la neblina de la mañana,
    como el rocío bajo el sol del amanecer,
como paja llevada por el viento
    y como el humo de una chimenea.

«He sido el Señor tu Dios
    desde que te saqué de Egipto.
No debes reconocer a ningún otro Dios aparte de mí,
    porque no hay otro salvador.
Yo te cuidé en el desierto,
    en esa tierra árida y sedienta;
pero una vez que comiste y quedaste satisfecho,
    te volviste orgulloso y te olvidaste de mí.
Entonces ahora yo te atacaré como un león,
    como un leopardo que acecha en el camino.
Como una osa a quien le robaron sus cachorros,
    arrancaré tu corazón.
Te devoraré como una leona hambrienta
    y te destrozaré como un animal salvaje.

»Estás a punto de ser destruido, oh Israel;
    sí, por mí, el único que te ayuda.
10 Ahora, ¿dónde está[a] tu rey?
    ¡Que él te salve!
¿Dónde están los líderes de la tierra,
    el rey y los funcionarios que me exigiste?
11 En mi enojo te di reyes
    y en mi furia te los quité.

12 »La culpa de Efraín ha sido reunida
    y su pecado almacenado para el castigo.
13 El sufrimiento ha llegado al pueblo
    como dolores de parto,
pero son como un bebé
    que se resiste a nacer.
¡El momento de nacer ha llegado,
    pero siguen en la matriz!

14 »¿Debo rescatarlos de la tumba[b]?
    ¿Debo redimirlos de la muerte?
¡Oh muerte, haz salir tus horrores!
    ¡Tumba, desata tus plagas!
    Ya no les tendré compasión.
15 Efraín era el más productivo de sus hermanos,
    pero el viento del oriente —una ráfaga del Señor
    se levantará en el desierto.
Todos sus manantiales se secarán
    y todos sus pozos desaparecerán.
Todo lo valioso que poseen
    será saqueado y se lo llevarán.
16 El pueblo de Samaria
    debe sufrir las consecuencias de su culpa
    porque se rebeló contra su Dios.
Un ejército invasor los matará,
    a sus niños los estrellarán contra el suelo hasta matarlos
    y a las embarazadas las abrirán con espadas».

Sin embargo en el siguiente capítulo Dios muestra a su pueblo nuevamente su amor y misericordia:

Sanidad para los que se arrepienten

14 Regresa, oh Israel, al Señor tu Dios,
    porque tus pecados te hicieron caer.
Presenta tus confesiones y vuélvete al Señor.
    Dile:
«Perdona todos nuestros pecados y recíbenos con bondad
    para que podamos ofrecerte nuestras alabanzas.[b]
Asiria no puede salvarnos,
    ni nuestros caballos de guerra.
Nunca más diremos a ídolos que hemos hecho:
    “Ustedes son nuestros dioses”.
No, solamente en ti
    los huérfanos encuentran misericordia».

El Señor dice:
«Entonces yo los sanaré de su falta de fe;
    mi amor no tendrá límites,
    porque mi enojo habrá desaparecido para siempre.
Seré para Israel
    como un refrescante rocío del cielo.
Israel florecerá como el lirio;
    hundirá sus raíces profundamente en la tierra
    como los cedros del Líbano.
Sus ramas se extenderán como hermosos olivos,
    tan fragantes como los cedros del Líbano.
Mi pueblo vivirá otra vez bajo mi sombra.
    Crecerán como el grano y florecerán como la vid;
    serán tan fragantes como los vinos del Líbano.

»¡Oh Israel, mantente lejos de los ídolos!
    Yo soy el que contesta tus oraciones y te cuida.
Soy como un árbol que siempre está verde;
    todo tu fruto proviene de mí».

Que los sabios entiendan estas cosas.
    Que los que tienen discernimiento escuchen con atención.
Los caminos del Señor son rectos y verdaderos,
    los justos viven al andar en ellos;
    pero en esos mismos caminos, los pecadores tropiezan y caen.


 Señor te agradezco por tu gran misericordia y mi oración es como la del rey David.

 Un solo día en tus atrios,
    ¡es mejor que mil en cualquier otro lugar!
Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios
    que vivir la buena vida en la casa de los perversos (Salmos 84:10)

jueves, 12 de noviembre de 2015

NUESTRA RELACION CON DIOS





Daniel […] se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios… (v. 10).

Un amigo de mi familia venía a nuestra ciudad para participar de unas reuniones importantes. Es un hombre muy ocupado, pero organizó su ajustada agenda para visitarnos durante media hora y cenar con nosotros. Nos encantó verlo, pero recuerdo que miré mi plato y pensé: «Solo tuvimos las migajas de su tiempo».

Después, reflexioné en la cantidad de ocasiones en que damos a Dios las migajas de nuestro tiempo; a veces, solo los últimos minutos antes de dormir.

Daniel era un hombre sumamente atareado, ya que ocupaba una posición gubernamental elevada en el antiguo reino babilónico. Sin embargo, había desarrollado el hábito de pasar tiempo con Dios: oraba tres veces al día, alababa al Señor y le daba gracias. Esta rutina lo ayudó a fortalecer su fe, la cual no titubeó ante la persecución (Daniel 6).

Dios desea relacionarse con nosotros. Por la mañana, podemos invitarlo a ser parte de nuestro día; después, alabarlo y darle gracias por su ayuda hasta la noche. Otras veces, podemos reflexionar en su fidelidad. 

A medida que pasamos tiempo con el Señor en oración y en su Palabra, profundizamos nuestra comunión con Él y aprendemos a imitarlo. Disfrutar cada vez más de su compañía es el resultado de priorizar nuestro tiempo con Dios.

Señor, sé hoy parte de mi día, para profundizar nuestra relación.

fuente:nuestropandiario.com

miércoles, 11 de noviembre de 2015

DIOS ES BUENO CON LOS QUE LE BUSCAN




25 El Señor es bueno con los que dependen de él,
    con aquellos que lo buscan.
26 Por eso es bueno esperar en silencio
    la salvación que proviene del Señor.(Lam. 3:25-26)


 En  estos últimos días he pasado por una serie de pruebas que el Señor me había anticipado que pasaría.

La verdad no ha sido fácil y mis días han sido agotadores tanto física, emocional y espiritualmente, entiendo que es parte de la disciplina de Dios  para formar mi carácter y prepararme para que cumpla su propósito en mi.

Y esta madrugada al despertarme, me arrodillé y oré a Dios pidiendo  fortaleza para seguir adelante y El me contestó con esta palabra:

 
cuando recuerdo lo siguiente:
22 ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba!
    Sus misericordias jamás terminan.
23 Grande es su fidelidad;
    sus misericordias son nuevas cada mañana.
24 Me digo: «El Señor es mi herencia,
    por lo tanto, ¡esperaré en él!».
25 El Señor es bueno con los que dependen de él,
    con aquellos que lo buscan.
26 Por eso es bueno esperar en silencio
    la salvación que proviene del Señor.
27 Y es bueno que todos se sometan desde temprana edad
    al yugo de su disciplina:
28 que se queden solos en silencio
    bajo las exigencias del Señor.
29 Que se postren rostro en tierra
    pues quizá por fin haya esperanza.
30 Que vuelvan la otra mejilla a aquellos que los golpean
    y que acepten los insultos de sus enemigos.
31 Pues el Señor no abandona
    a nadie para siempre.
32 Aunque trae dolor, también muestra compasión
    debido a la grandeza de su amor inagotable.
33 Pues él no se complace en herir a la gente
    o en causarles dolor.(Lamentaciones 22-33)


Muchas veces sentimos dolor cuando  Dios nos disciplina y nos cuesta pasar por alto una ofensa o quedarnos en silencio bajos las exigencias del Señor, pero recordemos que a los que amamos a Cristo todas las cosas nos ayudan a bien.

 Pues el Señor no abandona a nadie para siempre
 
 

martes, 10 de noviembre de 2015

DIOS DICE NO TEMAS YO TE AYUDO





El miedo  es un rasgo normal del ser humano y sirve para alertarnos y protegernos. Desde nuestra niñez estamos padeciendo y experimentando numerosos miedos. Los primeros miedos que aparecen en nuestra vida se manifiestan con temor a los ruidos fuertes y el temor a caer, así vamos creciendo y llegamos a adultos con diferentes miedos: a la soledad,  a perder el matrimonio, a perder el trabajo, a quedar en la ruina, a que las cosas no salgan como planeaste, a fracasar, a tomar decisiones, y hasta miedo a triunfar.

¿Es usted de esas personas a las cuales el miedo ha paralizado? ¿Siente que su vida no ha avanzado por causa del miedo?

Cuentan que un día un peregrino se encontró con la Peste y le preguntó
adónde iba:
 
– A Bagdad – le contestó ésta – a matar cinco mil personas.
Pasó una semana y cuando el peregrino se volvió a encontrar con la Peste que
regresaba de su viaje la interpeló indignado:
– ¡Me dijiste que ibas a matar a cinco mil personas, y mataste a cincuenta
mil!
– No – respondió la Peste. – Yo sólo maté a cinco mil, el resto se murió de
miedo.

El miedo es real, no solamente paraliza sino que también imposibilita que veamos las oportunidades que se nos presentan día a día. El miedo nos esclaviza, nos toma prisioneros impidiendo que tengamos la vida que deseamos para nosotros. El miedo no nos deja avanzar hacia la vida extraordinaria que anhelamos en nuestro matrimonio, trabajo, en nuestras relaciones, y en todo lo que somos y hacemos.

Le invito a  preguntarse frente al espejo: ¿Qué cosas haría si no tuviera miedo? Y de seguro salen respuestas increíbles, salen esos sueños y esas metas que quiere alcanzar pero que el miedo no lo deja.  La pregunta que debe hacerse: ¿Cómo abordo el miedo? Ó ¿Cómo enfrento el miedo?

1- Acepte el miedo
Todos tenemos nuestros miedos, y están relacionados con nuestra historia y nuestros puntos vulnerables. El miedo busca alejarnos de nuestro potencial, de nuestra capacidad para responder ante los problemas. Todos pasamos por miedo, usted no es la única persona que tiene miedo.

2- Cambie sus pensamientos
El miedo puede perseguirle desde su pasado, prepararle una trampa en el presente y aun acecharle en su futuro, no deje que el miedo le domine, no piense en él, llénese de la promesa: “Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana”. 2 Timoteo 1:7 (BLS)

3- Sus pensamientos atraen lo que desea
Si usted piensa en negativo, el resultado que obtendrá son hechos negativos. Cuando aparezca el miedo, usted puede controlarlo. Recuerde lo que dice la Biblia en Proverbios 10:24 “Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe.”

4-  Conviértase en administrador de su vida
El miedo no puede ser su dueño, Dios es el dueño de su vida, pero a usted le toca administrar y como tal debe hacer uso de todos los recursos que Dios ha puesto a su disposición. Siga el manual, hay promesas para su vida, su familia, sus relaciones, sus negocios.  Usted puede lograr sus sueños, alcanzar sus metas porque Dios está con usted, él es el dueño.

5- La Vida es elección. Le toca a usted elegir como quiere vivir.
Constantemente estamos eligiendo, desde el principio Dios nos dio a elegir. Pida un deseo para su vida, pero con desearlo no es suficiente, comprométase a vivir la vida que quiere, una vida  de dicha y felicidad, camine en su visión desde hoy. Marche sin miedo.

“Tu vida se expande en proporción a tu valentía”. John C. Maxwell
Tus sueños deben ser mayores que tus miedos. Virgil Thompson decía: “Prueba algo que no hayas probado antes y hazlo por lo menos tres veces: una para sobreponerte al miedo, otra para averiguar cómo hacerlo y la tercera para ver si te gusta o no.”

El miedo es algo que necesita ser atravesado para crecer.
 
Hoy es el mejor día para tomar una decisión de enfrentar sus miedos, usted puede dominarlos con la ayuda divina. 

“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: “No temas, yo te ayudo”. Isaías 41:13

Fuente:renuevodeplenitud.com

lunes, 9 de noviembre de 2015

DIOS ES TU FORTALEZA EN EL DIA DE LA ANGUSTIA





El Señor es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían (Nahum 1:7).

Isla de la Caridad es una de las tantas situadas en la Bahía de Saginaw, en el Lago Hurón, en Estados Unidos. Desde hace varios años, se encuentra allí un faro para ayudar a los navegantes y un puerto seguro para los que recorren esas aguas. Le pusieron ese nombre porque los marineros creían que estaba allí «por la caridad de Dios».

A veces, la vida nos hace atravesar mares de circunstancias difíciles. Al igual que aquellos marineros, necesitamos guía y un lugar seguro; tal vez queramos tener nuestra propia Isla de la Caridad. El salmista entendía que Dios es el único que puede calmar las aguas turbulentas y guiarnos a puertos seguros.

Por eso, escribió: «[El Señor] cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban (Salmo 107:29-30).

Aunque nadie desea atravesar tormentas en su vida, estas pueden ayudarnos a valorar más la guía y la protección que Dios ofrece mediante la luz del Espíritu y de su Palabra. Lo que más anhelamos es el puerto seguro de su amor. Solo Él puede ser nuestra suprema «Isla de la Caridad».

Padre, ayúdame a buscar tu luz para que me guíe a través de las tormentas de la vida. 

Fuente:avanzapormas.com