25 El Señor es bueno con los que dependen de él,
con aquellos que lo buscan.
26 Por eso es bueno esperar en silencio
la salvación que proviene del Señor.(Lam. 3:25-26)
En estos últimos días he pasado por una serie de pruebas que el Señor me había anticipado que pasaría.
La verdad no ha sido fácil y mis días han sido agotadores tanto física, emocional y espiritualmente, entiendo que es parte de la disciplina de Dios para formar mi carácter y prepararme para que cumpla su propósito en mi.
Y esta madrugada al despertarme, me arrodillé y oré a Dios pidiendo fortaleza para seguir adelante y El me contestó con esta palabra:
cuando recuerdo lo siguiente:
22 ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba!
Sus misericordias jamás terminan.
23 Grande es su fidelidad;
sus misericordias son nuevas cada mañana.
24 Me digo: «El Señor es mi herencia,
por lo tanto, ¡esperaré en él!».
Sus misericordias jamás terminan.
23 Grande es su fidelidad;
sus misericordias son nuevas cada mañana.
24 Me digo: «El Señor es mi herencia,
por lo tanto, ¡esperaré en él!».
25 El Señor es bueno con los que dependen de él,
con aquellos que lo buscan.
26 Por eso es bueno esperar en silencio
la salvación que proviene del Señor.
27 Y es bueno que todos se sometan desde temprana edad
al yugo de su disciplina:
con aquellos que lo buscan.
26 Por eso es bueno esperar en silencio
la salvación que proviene del Señor.
27 Y es bueno que todos se sometan desde temprana edad
al yugo de su disciplina:
28 que se queden solos en silencio
bajo las exigencias del Señor.
29 Que se postren rostro en tierra
pues quizá por fin haya esperanza.
30 Que vuelvan la otra mejilla a aquellos que los golpean
y que acepten los insultos de sus enemigos.
bajo las exigencias del Señor.
29 Que se postren rostro en tierra
pues quizá por fin haya esperanza.
30 Que vuelvan la otra mejilla a aquellos que los golpean
y que acepten los insultos de sus enemigos.
31 Pues el Señor no abandona
a nadie para siempre.
32 Aunque trae dolor, también muestra compasión
debido a la grandeza de su amor inagotable.
33 Pues él no se complace en herir a la gente
o en causarles dolor.(Lamentaciones 22-33)
a nadie para siempre.
32 Aunque trae dolor, también muestra compasión
debido a la grandeza de su amor inagotable.
33 Pues él no se complace en herir a la gente
o en causarles dolor.(Lamentaciones 22-33)
Muchas veces sentimos dolor cuando Dios nos disciplina y nos cuesta pasar por alto una ofensa o quedarnos en silencio bajos las exigencias del Señor, pero recordemos que a los que amamos a Cristo todas las cosas nos ayudan a bien.
Pues el Señor no abandona a nadie para siempre
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