VENCE TUS MIEDOS
7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina. (2a. de Timoteo 1:7) NTV
¿Te has dado cuenta de cómo los
comerciales de la televisión mezclan suficiente información con su producto
para hacerlo creíble? Aunque a eso se le llama publicidad falsa, el producto
parece convincente. No es hasta que compramos el producto y este falla que el
fraude queda al descubierto.
De la misma manera Satanás se
especializa en publicidad falsa, el es bueno en hacer que nuestros temores
parezcan verdaderos cuando en realidad no lo son.
¿Significa eso que todos los
temores son equivocados? No. El temor de estar parados en una montaña alta nos
protege de acercarnos mucho al borde, perder el equilibrio y caernos.
Por otro
lado, los fantasmas de Satanás están llenos de engaños. Usualmente nos
incapacitan y nos impiden progresar. Este tipo de publicidad falsa puede ahogar
nuestra fe y aumentar nuestros temores.
El temor entró en la raza humana
mediante una mentira satánica. El Edén fue el primer lugar donde
la serpiente engañó a Eva al distorsionar la palabra de Dios. El Señor le dijo
a Adán: “Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del
conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas,
ciertamente morirás,” (Génesis 2:16-17). Si él o Eva comían de ese árbol, sin
duda morirían espiritualmente
Tan pronto como Adán desobedeció
a Dios, la relación entre ellos cambió. Adán no solo sintió temor sino que dudó
de la autoridad de Dios, de su amistad y de su provisión. La mentira de Satanás
le dijo a Adán que él no necesitaba de Dios. De hecho Adán fue persuadido de
que podía ser su propio Dios, autosuficiente en todas las cosas.
Lo mismo nos puede suceder a ti y
a mí. Algunas veces tú y yo vivimos independientes de la presencia de Dios.
Actuamos como si todo dependiera de nosotros. No nos atreveríamos a reconocer
que estamos perdidos.
Queremos dar la impresión de tener el control. Pero Dios
nunca quiso que fuéramos por nuestra propia fuerza. Fuimos diseñados para
mostrar su fortaleza en nuestras debilidades, mientras que él provee para
nuestras necesidades. Fuimos creados para vivir como niños pequeños,
dependientes del cuidado de nuestro Padre Celesetial.
Debemos regresar a vivir en la
presencia de Dios y a depender de sus promesas y su provisión. Solo entonces
podremos distinguir entre la verdad y la mentira. Solo entonces nuestras vidas
se caracterizarán por la fe y no por el miedo.
Amado Dios, ayúdame a tener
discernimiento entre los falsos temores y las verdaderas preocupaciones.
Mientras memorizo tu Palabra, haz que tu verdad esté viva en mi corazón para
que yo pueda luchar contra el miedo y vivir por fe. En el nombre de Jesus. Amen