28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.(Romanos 8:28)NTV
Los seres humanos desde que tenemos uso
de razón, normalmente tenemos durante nuestra vida diaria situaciones
buenas y malas. Las situaciones buenas son esas que nos encantan que nos
sucedan a cada momento y quisiéramos vivir solo de buenas situaciones.
Las situaciones malas son esas que lejos de no gustarnos o agradarnos,
nos dejan una enseñanza que podemos apreciar si por un momento razonamos
en dicha situación.
Muchas veces nos encontramos en una situación frustrante, que no nos
deja más alternativa que hacer algo para que cambien las cosas, nos
sentimos forzados a tomar decisiones, a movernos por fe. El desaliento
se transforman en una fuerza que nos impulsa a creer y avanzar; a clamar
a Dios y arriesgarnos. Debemos comprender que ese deseo ferviente que
nos nace por una frustración, es algo que Dios permite para que
alcancemos nuevas y grandes metas.
Una de las muchas promesas que nos da Dios, lo dice el Apostol Pabloe en Romanos 8:28 Y sabemos que Dios hace
que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son
llamados según el propósito que él tiene para ellos. Tal vez tu dirás que amas a Dios pero a
tu manera, en este momento te digo que solo hay una forma de amar a Dios
y es haciendo su voluntad, obedeciendo sus estatutos y mandamientos y
tratando de agradarle con todos tus actos.
Este
pasaje también habla de “Los Llamados” y son todas aquellas personas que
hasta el día de hoy el Espíritu Santo ha convencido de pecado y ha
permitido que reciban a Cristo como Único Salvador.
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