3 Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios.
2 Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra.
3 Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios.
(Colosenses 3:1-3) NTV
Para detectar problemas de salud a tiempo, los médicos
recomiendan hacer exámenes físicos de rutina. Lo mismo podemos hacer con la salud
espiritual, preguntándonos algunas cosas relacionadas con el gran mandamiento
(Marcos 12:30) del que habló Jesús:
¿Amo a Dios con todo mi corazón? ¿Qué es más fuerte: mi
deseo de ganancias terrenales o el tesoro que poseo en Cristo? (Colosenses
3:1). El Señor desea que su paz reine en nuestro corazón.
¿Amo a Dios con toda mi alma? ¿Lo escucho decirme quién soy?
¿Me alejo de mis deseos egocéntricos
(v. 5)? ¿Soy más compasivo, amable,
humilde, bondadoso y paciente (v. 12)?
¿Amo a Dios con toda mi mente? ¿Me concentro en mi comunión
con su Hijo o dejo que mi mente divague (v. 2)? ¿Mis pensamientos buscan
problemas o soluciones; dividen o unen; perdonan o se vengan (v. 13)?
manifestar su poder en mí (v. 17)? ¿Dependo de su gracia
para ser fuerte en el Espíritu?
A medida que permitamos que «la palabra de Cristo more en
abundancia en [nosotros], en toda sabiduría» (v. 16), Dios nos equipará para
que nos edifiquemos unos a otros y seamos espiritualmente aptos y útiles para
Él.
PADRE, NO QUIERO DEPENDER DE MI ESFUERZO PARA SERVIRTE, SINO
FORTALECERME EN TI.
fuente:nuestropandiario.com
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