¿LE CREES A DIOS?
Leyendo el libro de éxodo me dí cuenta que la mayoría de los seres humanos somos tan vulnerables de acuerdo a las circunstancias por las que estamos pasando.
El pueblo de Israel en el tiempo de moisés pasaba del júbilo a la queja según las circunstancias en las que se encontraban, primero cantaban alabanzas a Dios por la liberación de ser esclavos en Egipto, pero días después se quejaban y lloriqueaban porque no tenían carne, y reclamaban a moisés por haberlos sacado de Egipto y llevarlos al desierto a morir de hambre según ellos.
A lo largo del tiempo y aún en nuestros días las cosas no han cambiado mucho, porque podemos creer en las promesas de Dios, pero comenzar a impacientarnos porque la respuesta no llega en el momento que nosotros queremos. Es ahí cuando el enemigo se aprovecha para sembrarnos duda, miedo, inseguridad y hasta incredulidad.
En ese momento es cuando nuestra fe debe vencer todo pensamiento de miedo duda o incredulidad y recordar que sin fe es imposible agradar a a Dios y al que cree todo le es posible.
Una vez sucedió que fui a retirar dinero al cajero de un banco diferente al mío, y a los dos días hice otro retiro y mi cuenta me indicaba un saldo mucho menor al que tenía dos días atrás que hice mi último retiro, me alarmé pero inmediatamente reporté el caso al banco.
En el banco me dijeron que harían la investigación pero que si resultaba falsa me cobrarían una multa más los gastos de investigación, les dije adelante quiero que investiguen.
Mi familia me daba falsas esperanzas de recuperar mi dinero, solo me decían cosas negativas que aumentaba más mi incertidumbre, hasta que dije basta y me puse a orar con mi hija, le entregué mi problema a Dios y decidí que el enemigo no me robaría el gozo.
Y a la siguiente semana me hablaron del banco para informarme que el dinero había sido reintegrado a mi cuenta nuevamente.
Mi hija y yo agradecimos a Dios por su bondad y fidelidad.
NUESTRO DIOS NO FALLA.
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