LUGARES DESERTICOS

Acérquense y escuchen esto:
desde el principio les he dicho con claridad lo que sucedería».
desde el principio les he dicho con claridad lo que sucedería».
Ahora, el Señor Soberano y su Espíritu me han enviado con este mensaje.
17 Esto dice el Señor,
tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña lo que te conviene
y te guía por las sendas que debes seguir.
tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña lo que te conviene
y te guía por las sendas que debes seguir.
21 No tuvieron sed
cuando él los guió a través del desierto.
Él partió la roca,
y brotó agua a chorros para que bebieran.
22 «Pero no hay paz para los malvados»,
dice el Señor. (Isaias 48:17;21-22) NTV
cuando él los guió a través del desierto.
Él partió la roca,
y brotó agua a chorros para que bebieran.
22 «Pero no hay paz para los malvados»,
dice el Señor. (Isaias 48:17;21-22) NTV
Seco. Polvoriento. Peligroso. Un desierto… un lugar donde hay poca agua y la vida es hostil. Por eso, no sorprende que la palabra desértico describa un sitio inhabitado. Pocas personas eligen estar allí, pero, a veces, no pueden evitarlo.
Las Escrituras revelan que el pueblo de Dios estaba familiarizado con la vida en el desierto. Gran parte de Medio Oriente, incluido Israel, es desértica, pero con algunas excepciones fértiles, como el Valle del Jordán y las regiones aledañas al Mar de Galilea. Dios decidió «levantar su familia» en un lugar rodeado por el desierto, donde pudiera mostrarle su bondad al protegerla y suplirle sus necesidades a diario (Isaías 48:17-19).
En la actualidad, casi nadie vive en desiertos literales, pero solemos atravesar situaciones con características extremas similares. A veces, la obediencia nos lleva a experimentarlas; pero otras no se deben a nuestras decisiones o acciones. Cuando alguien nos abandona o una enfermedad nos invade, nos sentimos como en un desierto, donde los recursos son escasos y la vida resulta difícil.
Pero el propósito de atravesar un desierto, ya sea literal o figurativo, es hacernos recordar que dependemos de la provisión de Dios; lección que no debemos olvidar cuando vivimos en la abundancia.
¿Cómo te está sustentando Dios?
En todo desierto, Dios tiene un oasis de gracia.
Fuente: Nuestro pan diario
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