ANIMÁNDONOS UNOS A OTROS

ANIMARSE UNOS A OTROS TRAE ALIENTO A NUESTRO CORAZÓN

Los problemas de la vida cotidiana, los conflictos, las preocupaciones, los obstáculos, los desafíos, las enfermedades, la violencia, el ritmo acelerado de trabajo entre otras cosas, tienden a llevarnos a un estado de estréss y en consecuencia viene el desánimo.

Vivimos en un mundo donde las cosas que pasas tienden a derrumbarnos, desanimarnos y frustrarnos con mucha frecuencia, 

Es por eso que Dios nos manda a animarnos unos a otros.

11 Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen.
(1a. tesalonicenses 5:11)

¿Como animarmos unos a otros?

 Por un lado debemos mantener un vivo interés por los demás. Nadie escapa a los momentos de necesidades, pruebas y aflicciones. Utilicemos el poder de la mirada. Cuántas cosas comunicamos con nuestra mirada; desde el rechazo, desaprobación, etc. hasta comunicar ánimo, aprobación y aceptación. ¿Qué tal un apretón de mano o un abrazo fraterno? Muchas veces esto desarma una actitud negativa. Usemos también las palabras adecuadas para infundir ánimo. Por supuesto, cuidando de no lastimar. Las palabras de un creyente sincero estarán sazonadas con sal, y las mismas serán también para la necesaria edificación. Y finalmente podemos animarnos los unos a los otros cuando vamos de las palabras a los hechos. Una acción concreta puede quitar una carga en un corazón agobiado y lleno de desaliento.

24 Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. 
25 Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
 (Hebreos 10:24-25)