DIOS TE CREÓ CON UN PROPÓSITO
No eres un accidente
Yo soy tu Creador.
Te cuidé aun antes de que nacieras.
Isaías 44:2 (PAR)
Dios no juega a los dados.
Albert Einstein
No eres un accidente.
Tu nacimiento no fue un error o infortunio, tu vida no es
una casualidad de la naturaleza. Tus padres no te planificaron; Dios lo hizo. A
Él no lo sorprendió tu nacimiento. Es más, lo estaba esperando.
Mucho antes de que fueras concebido por tus papás, fuiste
diseñado en la mente de Dios. Él pensó en ti primero. No es a causa del
destino, ni de la casualidad, ni de la suerte, ni tampoco es una coincidencia
que en este mismo instante estés respirando. ¡Tienes vida porque Dios quiso
crearte! La Biblia dice: “El Señor cumplirá en mí su propósito”.
Dios diseñó cada característica de tu cuerpo. Eligió tu raza
a propósito, el color de tu piel, tu cabello y cualquier otro detalle. Hizo tu
cuerpo a la medida, tal y como Él lo quería. También dispuso todos los talentos
naturales que posees y la singularidad de tu personalidad. La Biblia dice: “Me
conoces por dentro y por fuera. Conoces cada hueso de mi cuerpo; sabes cómo fui
hecho, parte por parte, cómo fui esculpido”.
Puesto que Dios te hizo con un propósito, también decidió
cuándo habías de nacer y cuánto has de vivir. Él pensó de antemano en los días
de tu vida, escogió tu momento exacto de nacer y de morir. La Biblia afirma:
“Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las profundidades de la
tierra; ¡aún cuánto tiempo viviría! ¡Lo habías anotado en tu libro!”. .
Dios planificó también tu lugar de nacimiento y dónde
vivirías para su propósito. Tu raza y nacionalidad no son un accidente. Dios no
dejó nada al azar. Todo lo planificó para su propósito. La Biblia dice: “De un
solo hombre hizo él todas las naciones, para que vivan en toda la tierra; y les
ha enseñado el tiempo y el lugar en que debes vivir”. Nada en tu vida es
arbitrario. Todo tiene un propósito. (Del libro una vida con propósito de Rick Warren)
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