sábado, 22 de agosto de 2015

SER LA SAL DE LA TIERRA Y LA LUZ DEL MUNDO

ALABEMOS A DIOS CON NUESTRA VIDA






El día de ayer hable sobre la integridad de Daniel y que también  nosotros debemos ser íntegros y dignos de confianza. Y hoy por la mañana el Señor me mostró una promesa de bendición para toda persona que sea íntegra y temerosa de Dios.

Salmo 112

¡Alabado sea el Señor!
¡Qué felices son los que temen al Señor
    y se deleitan en obedecer sus mandatos!
Sus hijos tendrán éxito en todas partes;
    toda una generación de justos será bendecida.
Ellos mismos serán ricos,
    y sus buenas acciones durarán para siempre.
La luz brilla en la oscuridad para los justos;
    son generosos, compasivos y rectos.
Les va bien a los que prestan dinero con generosidad
    y manejan sus negocios equitativamente.
A estas personas no las vencerá el mal;
    a los rectos se los recordará por mucho tiempo.
Ellos no tienen miedo de malas noticias;
    confían plenamente en que el Señor los cuidará.
Tienen confianza y viven sin temor,
    y pueden enfrentar triunfantes a sus enemigos.
Comparten con libertad y dan con generosidad a los necesitados;
    sus buenas acciones serán recordadas para siempre.
    Ellos tendrán influencia y recibirán honor.
10 Los perversos lo verán y se pondrán furiosos.
    Rechinarán los dientes de enojo;
    se escabullirán avergonzados con sus esperanzas frustradas.
(Salmo 112)NTV

Esta gran promesa son para aquellos que le temen y obedecen su palabra, seamos verdaderamente lo que Jesús dijo:

13 »Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor.
14 »Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. 15 Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. 16 De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.
(Mateo 5:13-16)

Hermanos y amigos prediquemos a Dios con nuestro ejemplo y no tendremos la necesidad de hablar, la gente se acercará a JESUS por nuestra actitud de amor hacia los demás.

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